
La coliflor, o Brassica Oleracea, es una planta perteneciente a la familia Crucíferas. Está formada por una parte redonda denominada masa, de tonos blanquecinos uniformes (también presentan colores violetas y verdes dependiendo de la variedad), recubierta de hojas verdes de mayor o menor intensidad al exterior, impidiendo que llegue el sol a la masa y caracterizándola con este color debido a la falta de clorofila.
En la Región de Murcia, la coliflor es un alimento muy apreciado para consumir en crudo o cocido debido a sus propiedades nutritivas y sabor suave, a veces con toques dulzones.
El origen de la coliflor está ligado al mar Mediterráneo, concretamente a su vertiente oriental, donde se encuentran Asia Menor, Líbano y Siria como referentes históricos de esta verdura. En la actualidad existen otras hipótesis que la asocian a una única especie proveniente de la forma silvestre, introducida en esta área desde la fachada atlántica europea.
Al igual que ocurre con otros alimentos, en un principio era utilizada simplemente como fármaco natural para aliviar los dolores de cabeza o la diarrea. Serían los romanos quienes comenzaron a cultivarla para su producción, comercialización y consumo. Así, debido a las innumerables conquistas durante su época imperial y al rico comercio que mantenían, la introdujeron en algunos países ribereños del Mare Nostrum.
No obstante, aún pasaría algún tiempo para que las naciones punteras de Europa como Francia e Inglaterra generalizaran el cultivo de esta planta, concretamente en el siglo XVI, llegando a España durante el XVIII.
En la actualidad su consumo se encuentra extendido por prácticamente todos los rincones del globo que poseen climas templados, aunque es China el principal productor. En Europa la lista la encabeza Francia con cerca de 25.300 ha cultivadas, quedando España en 5 puesto con más de 9.000 ha (200.000 toneladas), de las que 900 pertenecen a la Región de Murcia, donde se obtienen anualmente cerca de 30.000 toneladas.
En nuestra región existen diversas zonas que cuentan con un importante cultivo de coliflor, como áreas con mayor densidad de plantación destacan la Huerta de Murcia (donde las obtenemos en LA HUERTICA) y el Campo de Cartagena.
La mejor temporada para comprar coliflores en el mercado se da entre los meses de septiembre y enero, aunque las diferentes variedades relacionadas con su época de maduración hacen que se puedan obtener durante todo el año.
Variedades
Las coliflores suelen clasificarse siguiendo varios criterios como el color de la masa, temperatura necesaria para el cultivo, época de maduración o duración del ciclo vegetativo.
Por tonalidades de color en la masa se diferencian: coliflores blancas (la más común), verdes y moradas.
Dependiendo de la temperatura necesaria para el cultivo existen: tropicales que pueden desarrollar masas de calidad con temperaturas superiores a 20ºC; no vernalizantes (no necesitan frío para reproducirse), que producen ejemplares con temperaturas incluidas entre 14 y 20ºC; vernalizantes (necesitan frío para su reproducción), usuales en el norte de Europa, que necesitan temperaturas algo inferiores a las anteriores.
Atendiendo a la época de maduración: de verano, con masas compactas; de otoño, de varios tamaños y texturas; de invierno.
Según la duración del ciclo se dividen en: de ciclo corto, inferior a 90 días, sensibles a los cambios de temperatura; de ciclo medio, entre 90y 120 días; y de ciclo largo, superior a 120 días.
Propiedades Nutritivas
Al igual que ocurre con otras hortalizas y verduras como la cebolla, apio o brócoli (este último de la misma familia), la mayor parte de la coliflor es agua, acompañada de un muy bajo contenido en hidratos de carbono o grasas. Estas condiciones la convierten en un alimento con escaso aporte calórico en las dietas, siendo especialmente recomendada por nutricionistas para las personas que quieran regular o reducir su peso.
La coliflor es una buena fuente de fibra y vitaminas, entre las que destacan los grupos B o C, beneficiando al organismo con su acción antioxidante (en la prevención de enfermedades cardiovasculares), formación del colágeno, huesos, dientes y glóbulos rojos, favoreciendo la absorción de hierro y salvaguardando al cuerpo humano de las infecciones. La vitamina B9 o folatos participan en la síntesis del material genético y creación de anticuerpos para el sistema inmunológico. Estas particularidades la convierten en un buen alimento para incluirlo en la dieta de mujeres embarazadas ya que favorece el crecimiento y desarrollo del feto. La B3 o niacina ayuda al sistema digestivo, sistema nervioso, la piel y la transformación de los alimentos en material energético para el ser humano.
También contiene una gran cantidad de aportes minerales, especialmente potasio, magnesio o fósforo. El primero genera y transmite los impulsos nerviosos, además de regular las actividades musculares. Sus propiedades diuréticas eliminan el exceso de líquidos por lo que proporcionan beneficios para la hipertensión y reducción del ácido úrico.
Los altos porcentajes de elementos fitoquímicos en la coliflor (glucosinolatos, isotiocianatos, indoles y fibra) favorecen la prevención de enfermedades degenerativas como el cáncer.
Es muy sabrosa la coliflor servida hervida y con tan solo un chorro de aceite de oliva virgen, combinando además a la perfección con arroces, los típicos: arroz con verduras y arroz con pava del Campo de Cartagena y la Huerta de Murcia, así como en el revuelto de verduras o la menestra con jamón. Otras preparaciones que se elaboran en la Región de Murcia con ella son la coliflor con bechamel o gratinada con queso al horno, muy atractiva para ser consumida por los más pequeños de la casa. Aunque como más nos gusta es en tortilla, como la de patatas, pero sustituyendo la patata por coliflor. Güenísima.