LA HUERTICA

Las maravillas de la Dieta Mediterránea en Otoño

Las Maravillas de la Dieta Mediterránea en Otoño

La Dieta Mediterránea es una valiosa herencia cultural que representa mucho más que una simple pauta nutricional, rica y saludable. Es un estilo de vida equilibrado que recoge recetas, formas de cocinar, celebraciones, costumbres, productos típicos y actividades humanas diversas.


En ocasiones al hablar de la Dieta Mediterránea nos vienen idílicas y coloristas imágenes del verano, de los colores intensos de las frutas y las hortalizas, del sol, la luz, la playa… Pero la Dieta Mediterránea no se acaba ahí y, a pesar de la llegada del frío, podemos seguir disfrutando de otros productos de temporada que también forman parte de esta completa forma de alimentación y que, además, se adaptan sabiamente a las necesidades de nuestro organismo.

El otoño nos trae colores marrones, naranjas y verdes que reúnen un amplio catálogo de productos de temporada en los que destacamos los cítricos que nos ayudan a prevenir los típicos catarros como las naranjas, las mandarinas, la granada, el caqui o el membrillo. En este mismo tono, pero poniendo la vista en la tierra, encontramos las calabazas, que sería el equivalente a la zanahoria en esta época del año.


En esta gama de marrones, no podemos olvidarnos de los frutos secos, también cultivados en los países del arco mediterráneo. Almendras, nueces, avellanas y castañas son una rica fuente de energía muy valoradas.

El otoño es época de volver a las legumbres, de disfrutar de las sanas manzanas y también de completar nuestros menús con uno de los productos más valorados de esta estación, las setas, que también formarían parte de la dieta mediterránea y proporcionan un sabor diferente a muchos de nuestros platos. Pero para nosotros, el otoño es hablar de uva, calabaza y la vuelta de los cítricos.


Estos son los mejores alimentos otoñales, que deben figurar en nuestra dieta:

UVAS Las uvas frescas son ricas en flavonoides y resveratrol (antioxidantes). Las uvas son depurativas y ricas en azúcares: glucosa, fructosa, vitaminas, hierro y potasio.

SETAS Aportan proteínas de alto valor biológico, y de sales minerales: fósforo, hierro y potasio, siendo bajas en sodio.

CALABAZA La calabaza es una hortaliza rica en potasio, fibra, omega 3 y vitamina A y B, ideal para consumirla en puré o en dulce. Y si en verano elegimos las zanahorias para broncear y proteger nuestra piel, en invierno podemos usar las calabazas. Sus colores llamativos nos aseguran que están en estado óptimo: Una porción de 200g aporta el total de la cantidad diaria recomendada (CDR) de betacaroteno, antioxidante y protector celular. Y al igual que las zanahorias, también tienen muy pocas calorías.

CÍTRICOS Que protegen la piel y refuerza el sistema inmune

MANZANAS El otoño es la mejor fecha para consumir las aunque se encuentran todo el año. Las manzanas poseen en antioxidantes y fibra.

LEGUMBRES Ideales para comenzar el otoño por su alto contenido en fibra, proteínas, antioxidantes, vitaminas y minerales.

FRUTOS SECOS como las almendras, nueces, castañas o las frutas deshidratadas son imprescindibles en la despensa mediterránea.

La miel es otro alimento de la dieta mediterránea muy presente en invierno. Además de endulzar yogures y postres a base de frutos secos, entre otros, complementa los vasos de leche caliente y los zumos de naranja cuando aparecen los constipados, convirtiéndose en un buen remedio casero y natural para reforzar las defensas del cuerpo y descongestionar el sistema respiratorio.


El arroz, las verduras, las legumbres y cereales, la fruta, las patatas, el pan y la pasta, la miel, los frutos secos, los lácteos como el yogur y el queso, el pescado azul y el marisco, las aves de corral y los huevos,  la carne roja y el uso de especias aromáticas en la preparación de los alimentos en lugar de la sal como una alternativa más saludable; el uso del aceite de oliva como fuente principal de grasa tanto para cocinar como para aderezar las comidas, y el vino, preferentemente tinto acompañando las comidas, nos permiten hacer  innumerables combinaciones de menús mediterráneos.


De la pasta, pan y legumbres obtendremos un 50% del aporte energético total diario; de las grasas de origen vegetal y del pescado azul un 35% previniendo problemas cardiovasculares; y el 15% restante de las proteínas de origen animal. Con las frutas y verduras nos aseguramos la fibra y las vitaminas.


Cerramos este post dedicado a los productos del otoño con nuestras verduras. Acelga, boniato, brócoli y todo tipo de coles, judías, patatas, remolachas, chirivías, nabos, puerros, etc.

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