Meditaciones de una huertera
Hacía tiempo que le daba vueltas a la idea de hacer un artículo con algunos consejos y, al fin, aquí lo tenemos recién salido del horno y oliendo de maravilla por cierto.
Te animo a que añadas tus propios consejos seguro que alguno más se te ocurre. Sería genial que todos los visitantes compartieran al menos un consejo para vivir una vida mejor.
1. Conócete bien a ti mismo
Una importante causa de frustración es no conocerse a uno mismo adecuadamente. Nos mentimos a nosotros mismos ya sea por desconocimiento de la verdad o porque nos resistimos a ella. ¿Te sientes atrapado en una vida que no te hace sentir feliz al 100%? Tómate la pastilla roja y despierta de una vez de esa pesadilla en la que estás sumido desde hace tantos años. Tienes que replantearte si los cimientos que sustentan tu vida son los correctos o no. ¿Por qué? Porque si los cimientos no son los adecuados todo el edificio se tambaleará y, con el tiempo, acabará por derrumbarse. Debes hacerte una serie de preguntas y tratar de responderlas con sinceridad. ¿Si pudieras volver a nacer qué profesión elegirías? ¿Qué actividad estarías dispuesto a hacer sin cobrar ni un duro a cambio? ¿Haciendo qué actividad te sientes feliz? ¿Qué capacidades tengo? ¿Qué destrezas o talentos tengo que me diferencian de la mayoría? ¿Qué cosas hago mejor y más rápido que la mayoría? ¿Quiero hacer eso porque realmente me gusta o porque quiero ganarme el reconocimiento ajeno? ¿Quiero tal cosa porque me gusta o porque está bien visto por la sociedad? ¿Cuál es mi definición de una vida exitosa? ¿Y de una vida feliz? Para dar respuesta a estas preguntas hace falta dedicar tiempo a reflexionar y tener mucho coraje, pues alguna respuesta puede desmantelar toda tu vida de arriba abajo. Pero mentirte a ti mismo y vivir una farsa nunca te va a traer la felicidad, y si no eres feliz que coño te importa lo demás.
2. Nada, absolutamente nada, merece poner en riesgo tu salud
Tu salud es lo primero, va por encima de todas las demás cosas. Evidentemente, tú puedes decir anteponer otras cosas a tu salud, pero ha de ser tu decisión consciente. Sin salud, aunque aún se puede saborear la vida, ésta no sabe tan dulce. Así que la próxima vez que vayas a hacer alguna locura piensa si realmente vale la pena correr el riesgo. Imagínate una balanza y pon en cada lado lo mejor y lo peor que te podría pasar de hacer la actividad. ¿Qué pesa más? Ahora ya eres consciente de los pros y contras de lo que vas a hacer, ahora tú decides.
3. Cada día cuando te levantes muestra gratitud por lo que tienes
Saluda al sol cuando se asome por la ventana. Levántate con una sonrisa y piensa en las cosas bonitas y de valor que tienes en tu vida. Esa gratitud te pondrá en un estado de ánimo positivo que te ayudará a afrontar el nuevo día. Piensa en tu hija pequeña, en tu madre, en tus amigos, en tus experiencias vividas y, en definitiva, en cualquier cosa que te haga sentir orgulloso y con ganas de luchar por ello. Antes de irte a dormir mira las estrellas y despídete de la luna hasta el día siguiente.
4. Afronta tus miedos Nuestros miedos nos reprimen de hacer lo que queremos, nos impiden alcanzar lo mejor de nosotros mismos y, con ello, nos cierran la puerta al verdadero camino de la felicidad. El éxito es para los valientes. La mejor manera de ahuyentar nuestros medios es mirándolos directamente a “los ojos” (imagínate que es un lobo) y correr hacia ellos con determinación. Créeme, se irá corriendo como alma que lleva el diablo. Sólo libre de miedos (o manteniéndolos a raya) podrás dar el 100% de tus capacidades.
5. Nunca pierdas la esperanza
La esperanza por conseguir lo anhelado es el motor de nuestras vidas. Es la mecha que permite que nuestra llama siga su camino. En cuanto pierdas la esperanza tu vida carecerá de sentido y será el fin. Siempre hay luz para la esperanza. Pon todo tu empeño para conseguir lo que anhelas paso a paso y, de no poder lograrlo, al menos habrás sido un digno representante del género humano. En última instancia, siempre cabe un milagro. Así que mira al frente, sigue andando y no pierdas la esperanza.
6. Implementa buenos hábitos en tu vida y practícalos día sí y día también
Son los hábitos los que van a marcar la diferencia a lo largo de tu vida. De nada sirve hacer una actividad de forma obsesiva durante dos semanas si luego ya no se sigue practicando. Los hábitos se crean practicándolos cada día, si puede ser en parecidas circunstancias (hora y lugar), y durante un tiempo no demasiado largo, pues lo contrario agota y lo que agota molesta, por lo que se nos hará más difícil implementar el hábito. Mi consejo para implementar un buen hábito es que lo hagas cada día y empieces por dedicarle un espacio corto de tiempo. Poco a poco el tiempo que le dedicas debe ir incrementándose hasta que estés satisfecho con los resultados que de él obtienes. Implementado un hábito te será más fácil implementar nuevos hábitos en tu vida.
7. Pasito a pasito se llega más lejos
Estoy segura que ya conoces el cuento de la tortuga y la liebre. Pues sé tortuga y olvídate de correr rápido, pues las cosas que merecen la pena cuestan mucho esfuerzo y corriendo rápido también te cansas rápido. Paso a paso es como llegarás algún día al destino deseado. Es como el que quiere levantar 50 kilos sin haber entrenado nunca antes. ¿Qué pasará? Pues que no tan sólo no los levantará sino que además se romperá por la mitad. Eso mismo vale para cualquier esfera de la vida. No trates de correr más de la cuenta si no quieres acabar mal parado.
8. Despiértate antes
A día de hoy yo me despierto a las 6:30 am. No es que sea muy pronto pero tampoco tengo necesidad de más. Para mí lo ideal es despertarse cuando empieza a salir el sol. Así es como está escrito en nuestros genes después de cientos de miles de años de vida sin electricidad. Despiértate antes (no antes de las 5 am, pues tampoco eso está escrito en nuestro genes) y a las 10 am, cuando la gente justo empieza a trabajar tú ya habrás hecho gran parte de las tareas que tuvieras asignadas. Además, la tranquilidad de las primeras horas del día es perfecta para meditar, reflexionar y trabajar.
9. Vete a dormir a una hora prudente
Intenta evitar por encima de todo quitarte horas de sueño. Si te despiertas pronto duérmete pronto. Acostumbra a tu cuerpo a un horario y respétalo. Tu cuerpo es como un reloj que si no lo tocas mucho no necesitará los ajustes de un relojero (y quien dice relojero dice médico).Cada persona es un mundo en cuanto a las horas que necesita para tener un descanso adecuado. Tú sabrás cuál es el tuyo. El mío, por ahora, son 6 horas y media. Exacto, me voy a dormir a las 12 pm. Aunque eso no quita que de vez en cuando alargues la hora de irte a dormir. Todos tenemos derecho a salir por la noche a divertirnos de vez en cuando :D.
10. Resérvate un rato cada día para pensar
Ordenador, televisión, trabajo, pareja, niños, y demás pasatiempos u obligaciones llenan nuestras ocupadas vidas. Estas actividades y tareas se adueñan de nuestro tiempo y sin darnos cuenta este pasa sin que nos detengamos ni un instante para pensar, planificar y reflexionar. El mejor momento para hacerlo es o bien a primera hora de la mañana justo después de despertarnos o bien a última hora de la noche antes de acostarnos. El silencio será el compañero ideal de nuestros pensamientos. Verás como dedicando sólo media hora al día (una hora sería mejor) a planificar y pensar sobre las cosas que te interesan pronto obtendrás resultados. La claridad de ideas se traducirá en saber mejor quien eres tú y qué es lo que quieres de la vida. Cuando el faro alumbra la niebla del camino desaparece, asimismo pasará con el camino que tienes que recorrer para conseguir lo que quieres. Una vez sepas quien eres y qué quieres planifica cómo conseguirlo.
11. Menos es más
Aplica esta regla para casi todo aquello sobre lo que tengas dudas en relación a la cantidad ideal. Una exposición cuanto más corta y clara mejor. Elige comer como un asceta antes que como un rey. Un libro corto que condense su doctrina mejor que uno largo que lo único que hace es dar vueltas al mismo asunto. Elimina todo lo que no aporte nada de valor y deja la esencia.
12. Sigue una alimentación sana
Hoy tenemos suficiente información como para saber que es sano y que no. No hace falta ser lumbreras para tener una dieta equilibrada. ¿Los beneficios? Innumerables en comparación con el mal que nos produciría comer basura. En tu dieta debe haber (1) legumbres, (2) verduras, (3) frutas, (4) pescados, (5) carnes y (6) pastas. Debiendo consumir de las primeras más cantidad que de las últimas. El desayuno debe ser sustancioso, picar algo a media mañana, comer con moderación, merendar si tienes hambre (no bollería sino frutas) y cenar verdura, pescado o frutas. Así al menos es como yo lo hago y me va bien. Olvida los complementos vitamínicos, son un sacacuartos, salvo que un análisis de sangre demuestre una carencia significativa de algún parámetro.
13. Todo cambia
¿Estás pasando por un mal momento? No desesperes ni caigas en una profunda depresión por ello porque todo cambia, nada es permanente. Hoy estás abajo pero mañana puedes estar arriba. Mira hacia atrás y piensa las vueltas que ha dado la vida para ti. ¿Quién te lo hubiera dicho a ti por aquel entonces que las cosas irían como finalmente han ido? Las células de nuestro cuerpo cambian constantemente, se nos cae la piel y vuelve a crecer, nuestras emociones cambian, las circunstancias cambian constantemente, todo, en definitiva, cambia. Piensa en la serpiente que abandona su vieja piel para enfundarse en la nueva. Si estás en la cima estate alerta no vayas a caer con el cambio. Si estás en el hoyo prepárate para subir la escalera cuando aparezca. Pero ojo, no te duermas en los laureles porque la ventura está para quien la busca.
14. Sé positivo
La vida es como un espejo que refleja lo que en ti percibe. Si eres una persona positiva te pasarán cosas buenas y si eres negativa cosas malas. Tan simple como eso. Es tu percepción de las cosas la que dice si algo es bueno o malo. Lo que unos ven como un problema otros lo llaman desafío. La vida puede ser infierno o cielo, todo depende de con que ojos las mires.
15. Be water my friend
Como diría el bueno de Bruce Lee: “be water my friend”. Fluye como el agua y adáptate a las circunstancias. No es el mundo quien debe adaptarse a ti, pues este ya estaba mucho antes de que tú existieses, sino tú al mundo.
Conócete, supérate y quiérete.